Trucos y consejos prácticos de copywriting en nutrición y salud para explicar de forma comprensible lo que haces.

Cuando llegamos ellas ya estaban aquí

Posiblemente la primera idea que te viene a la cabeza cuando piensas en microbios, bacterias y virus, es que son unos bichos malos que producen enfermedades e infecciones. Aunque es cierto que los microorganismos son responsables de muchas enfermedades, la inmensa mayoría de ellos son seres vivos beneficiosos y esenciales para nuestra vida.

Los microorganismos están en nuestro planeta desde hace muchos millones de años antes que nosotr@s. Se calcula que el Big-Bang sucedió hace unos 14.000 millones de años y que la Tierra se formó hace unos 4.500-4.600 millones de años. Se han encontrado microfósiles de bacterias denominados estromatolitos que los expertos datan en unos 3.500 años de antigüedad y son la evidencia de vida más antigua que se conoce (revisión). Se cree que los microbios, las primeras células con capacidad autorreplicativa, aparecieron hace unos 3.800 millones de años probablemente en fuentes hidrotermales en los fondos de los océanos primitivos.

Estromatolitos modernos en la bahía de Shark en Hamelin, Australia.

Hace 3.800 millones de años la Tierra era un planeta con unas condiciones muy hostiles y la atmósfera no tenía oxígeno. En un primer mundo prebiótico (unos 300-500 millones de años antes de la aparición de la primera célula) aparecieron los primeros compuestos orgánicos: el RNA, las proteínas, el DNA y los lípidos. Hace unos 2.700 millones de años, poco después de que se enfriara la corteza terrestre y en zonas cubiertas por aguas poco profundas, proliferaron comunidades microbianas de cianobacterias que generaron oxígeno a partir de una fotosíntesis como la que ahora realizan las plantas verdes. Gracias a la aparición del oxígeno, la atmósfera pasó de ser anaerobia a aerobia y se fue creando la capa de ozono. De forma que el oxígeno es un “invento” microbiano. Actualmente, las cianobacterias y otras comunidades microbianas siguen siendo los habitantes más importantes del planeta Tierra por su papel importante en el equilibrio de las condiciones medioambientales: los ciclos del agua y los gases, reciclado de compuestos orgánicos, etc. Durante unos 1.800 millones de años la Tierra estaba poblada solo por microorganismos procariotas y hace unos 2.000 millones de años aparecieron los primeros eucariotas unicelulares (es decir, células con un núcleo bien diferenciado y mucho más complejas que las bacterias). Según la teoría de la endosimbiosis, hace unos 1.400 millones de años la mitocondria y el cloroplasto de los eucariotas actuales surgieron por la incorporación de una bacteria aerobia y de una cianobacteria fotosintética al interior de un eucariota primitivo, respectivamente. A partir de la aparición de estas células eucariotas “modernas” (con cloroplastos y mitocondrias) y de la colonización de la superficie terrestre continuó una explosión de la diversidad biológica y apareció la vida animal, vegetal y fúngica. Sin embargo, el origen concreto de la célula eucariota aún sigue siendo un misterio de la biología moderna (post).

   

Esquema del proceso de endosimbiosis.

En el siglo XVII, Anton van Leeuwenhoek (1632-1723) fue la primera persona que observó los microbios en el agua de lluvia de los estanques o en la propia saliva humana, usando un microscopio de lente simple que él mismo diseñó. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando la medicina entendió que las bacterias y otros microorganismos podían ser causa de enfermedad en el hombre y los animales. Las investigaciones de Pasteur y Koch pusieron en evidencia que muchas de las enfermedades infecciosas transmisibles tenían un vector microbiano específico que explicaba su difusión. A lo largo de los siglos XIX y XX, la medicina desarrolló métodos para combatir las enfermedades infecciosas a través de las medidas de higiene, saneamiento urbano, desarrollo de vacunas y descubrimiento de los antibióticos (revisión). Durante muchos años a nivel de salud pública los microbios se han considerado una carga indeseable de invasores potenciales y han tenido una connotación negativa como causa de enfermedad. Sin embargo, el ser humano al igual que los demás mamíferos ha vivido permanentemente en íntima relación de coevolución, coexistencia y cooperación con diversas comunidades microbianas desde que se iniciara la existencia de la especie humana hace unos 200.000 años (revisión). Hoy sabemos que no podemos vivir sin las bacterias. El paradigma ha cambiado y los últimos avances científicos subrayan que la inmensa mayoría de los microorganismos que viven en asociación con nosotr@s contribuyen a su buen desarrollo fisiológico. Así, en la última década, se empieza a tener en cuenta el análisis de las heces en el estudio de prácticamente cualquier enfermedad. Aunque en el estudio de la microbiota aún estamos en la Edad de Piedra, mejorar la simbiosis entre el anfitrión humano y los invitados microbianos es un pilar fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento de la mayor parte de las enfermedades crónicas occidentales.

En conclusión, durante más de 3.000 millones de años los microbios han sido los únicos pobladores del planeta. Las bacterias estaban aquí cuando nosotros llegamos. Tal y como dice el Dr. Ignacio López-Goñi, profesor de microbiología y virología en la Universidad de Navarra, “los microorganismos no solo nos han precedido sino que nos sobrevivirán”.

Andreu Prados

Farmacéutico y Dietista-Nutricionista

Bibliografía:

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