Como seguramente habrás escuchado muchas veces, hasta ahora se ha considerado que la colonización bacteriana del recién nacido a término por parto por cesárea es diferente de la del recién nacido por parto vaginal. Esto es así porque el parto vaginal implica que el bebé reciba las bacterias del canal vaginal (sobre todo Lactobacillus, que promueve una respuesta inmunitaria de tolerancia y anti-inflamatoria), mientras que el parto por cesárea conlleva que el bebé reciba los microorganimos de la piel de la madre y de los profesionales sanitarios que les atienden (principalmente Klebsiella, Enterobacter y Clostridium).
Pero este hecho que tantas veces hemos repetido, me incluyo yo mismo, parece no ser cierto según una investigación reciente.
Contrariamente a lo que habían observado otros investigadores, un reciente estudio publicado el pasado 23 de enero de 2017 en la revista Nature Medicine ha encontrado que el parto por cesárea no afecta a la maduración y diversidad del microbioma de los bebés. Además, también ha observado que el microbioma de los recién nacidos empieza a madurar y desarrollarse en el periodo que transcurre desde el nacimiento hasta las 4-6 semanas de edad, en contraposición a la idea instaurada hasta ahora que los recién nacidos tenían un microbioma inmaduro que no empezaba a desarrollarse hasta varios años más tarde.
Los investigadores reclutaron a una cohorte de 81 mujeres embarazadas en su tercer trimestre para estudiar su microbioma a las 4-6 semanas después del parto. Una segunda cohorte de 81 mujeres embarazadas se incluyó en el estudio para estudiar su microbioma en el momento del parto. Para cada pareja madre-bebé, se obtuvieron muestras de la microbiota de la piel, la cavidad oral, los orificios nasales, las heces y la vagina. La composición y funcionalidad de la microbiota materna y del bebé se analizaron mediante análisis del gen 16S rRNA y por secuenciación al azar de todo el genoma (whole-genome shotgun sequencing). Como factores de confusión para el análisis estadístico se tuvieron en cuenta la indicación (motivo) de la cesárea y otros factores relacionados con la madre, como su alimentación, la lactancia materna, el uso de antibióticos y la diabetes.
El tipo de parto no parece ser tan determinante para la microbiota
La composición y la funcionalidad del microbioma de los bebés no se vieron afectadas por el tipo de parto (vaginal o por cesárea). En este punto la Dra. Kjersti M Aagaard del estudio hace la reflexión que quizás el origen de las diferencias en la microbiota no está en la cirugía por cesárea en sí, sino en todo lo que acompaña a la cesárea (por ejemplo, si el parto es medicalizado o no) y en el motivo subyacente que conduce a hacer una cesárea. No se trata de hacer sentir culpables a las madres que por un motivo médico justificado tienen un parto por cesárea, sino de valorar la situación en su conjunto y especialmente el binomio beneficio-riesgo para cada caso en particular, según establece la Organización Mundial de la Salud.
Más allá del tipo de parto, no podemos olvidar que el tipo de alimentación, la edad gestacional, el uso de antibióticos durante el embarazo o primeros días de vida, el peso y la alimentación de la madre, el perfil bacteriológico de las unidades de Neonatología y del personal hospitalario y el estrés de la madre afectan de forma importante a la formación y maduración de la microbiota intestinal del bebé (programación de la microbiota).
La maduración y el desarrollo del microbioma del bebé empieza antes de lo que pensábamos hasta ahora
En el momento del parto, la composición y la función de la microbiota del bebé fueron homogéneas en los distintos sitios del cuerpo analizados (excepto para las muestras de meconio, que mostraron una clara diferenciación respecto los demás orígenes). No obstante, a las 4-6 semanas de edad tanto la composición como la función del microbioma del bebé habían madurado notablemente y mostraron una clara diferenciación en función de la localización del cuerpo de procedencia. Los autores enfatizan que este proceso temprano de maduración del microbioma del bebé sería una continuación de un proceso que empieza mucho antes en el embarazo.
En conclusión, el tipo de parto no parece ser tan determinante para la colonización bacteriana intestinal del recién nacido a término. Por otro lado, la maduración y desarrollo del microbioma del bebé empieza mucho antes de lo esperado y varía en función de la localización anatómica.
Imagen: Flickr – Photo taken by Sean Speck on 7 July 2008.
Buenos días
Justamente ayer di una charla sobre microbiota y salud. En ella comenté las diferencias que hasta ahora se habían encontrado entre los dos tipos de parto y la microbiota de los recién nacidos.
¿Que pasa con todos los estudios que así lo constataban? ¿De repente no sirven?
De momento, y hasta que no salgan más estudios al respecto, seguiré pensando que es más factible que existan diferencias entre los dos. Aunque también es cierto que estas diferencias deben reducirse cuando se da alimentación por leche materna.
Un saludo,
Hola Xavier, gracias por tu comentario. Como bien sabes, la ciencia del microbioma avanza muy rápido y en los estudios más recientes se están incorporando técnicas como la secuenciación al azar de todo el genoma y el análisis estadístico mediante modelos lineales generalizados que tienen en cuenta los factores de confusión y aumentan la sensibilidad y la especificidad de los resultados. Todo ello hace que se publican nuevos estudios que contradicen a las observaciones anteriores.
El estudio que trato en mi post de hoy de momento es solo es un estudio más, hasta que se publiquen otros estudios con tamaños muestrales más grandes, poblaciones de otros países y durante periodos de seguimiento más largos para estudiar de forma detallada cómo y cuándo se afecta la programación de la microbiota del bebé. Un valor añadido que tiene el estudio que menciono en el post es que ha estudiado a los bebés en una etapa de su vida en la que hay muy pocos factores externos que afecten a la variabilidad de los resultados (en esta etapa los bebés solo se alimentan con lactancia materna y no gatean ni van a la guardería, lo que contribuye a la homogeneidad del estudio).
Un saludo,
Andreu