El pasado 8 de marzo se presentó en Madrid el Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España, un proyecto que tiene el objetivo de aumentar nuestro conocimiento sobre la Ciencia Ciudadana y estudiar su influencia en la relación entre la ciencia y la sociedad gracias al uso de las nuevas tecnologías basadas en Internet. Lo puedes seguir en Twitter, Facebook y LinkedIn y a través de este enlace puedes ver el evento de su presentación. Este proyecto de la Fundación Ibercivis está financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y cofinanciado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) y pretende elaborar un informe que exponga la situación actual en España de la Ciencia Ciudadana. A través de la página web del Observatorio de la Ciencia Ciudadana puedes consultar las iniciativas sobre ciencia ciudadana que se llevan a cabo en España e incluso te permite registrar la tuya.
Logo del Observatorio de la Ciencia Ciudadana.
La Ciencia Ciudadana es el trabajo conjunto de todos los actores de la sociedad en el progreso científico. En la era del conocimiento en la que nos encontramos este nuevo enfoque de la ciencia permite que tod@s salgamos ganando. Tal como afirma el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por sus siglas en inglés International Council for Science), la misión de este modelo de ciencia abierta es fortalecer la ciencia internacional en beneficio de la sociedad.
La Ciencia Ciudadana forma parte del concepto de investigación e innovación responsables y utiliza las redes sociales para que la información y el conocimiento lleguen a todas las personas. Para ello abarca diferentes actores sociales: investigadores, financiadores, docentes, periodistas, políticos, ciudadanos, empresas, entidades sin ánimo de lucro, etc.
Me ha gustado mucho la idea del Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España de crear sesiones de trabajo de Ciencia Ciudadana en Twitter en las que en torno al día 15 de cada mes se debatirán diferentes temáticas (a través del hashtag #CitSciChatES) y se podrá participar a través de lanzar preguntas y respuestas. Sin duda pretende ser un punto de encuentro enriquecedor gracias al debate entre tod@s.
Afortunadamente cada vez nacen más proyectos de Ciencia Ciudadana y desde mi punto de vista acercar ciencia y sociedad nos ofrece muchísimas oportunidades. Por ejemplo, nos puede ayudar a obtener nuevas formas de financiación y mejorar la cultura científica y, no menos importante, nos permite ser realistas y saber qué estamos haciendo mal en la transferencia de conocimiento hacia la sociedad. En mi trayectoria profesional he participado como becario -en ocasiones remunerado y en otras no- en varios proyectos de investigación nacionales y europeos relacionados con la nutrición. En la mayoría de ellos he echado mucho de menos que se invierta parte del tiempo (y del dinero) en hacer llegar los resultados de las investigaciones a los ciudadanos y que se mida el impacto real del proyecto a lo largo del tiempo sobre la salud pública. Defiendo que la ciencia básica es necesaria y opino que muchas veces nos centramos demasiado en los aspectos mecanísticos demasiado concretos y perdemos la visión global de la ciencia. No nos podemos olvidar que la sociedad es un pilar fundamental en la ciencia y que todas las personas implicadas en el proceso de I+D+i somos responsables de devolver los resultados de las investigaciones a la sociedad en conjunto. Opino que la persona es el centro de la investigación y en cada proyecto se debe priorizar el servicio y la repercusión en la mejora de la calidad de vida de la población. En esta línea, desde el pasado mes de enero estoy involucrado en la organización del proyecto de Ciencia Ciudadana “Scientists Dating Forum” (SDF), que está formado por científicos de diferentes áreas del conocimiento que con pasión e ilusión pretendemos contribuir a un mejor diálogo entre ciencia y política, economía y sociedad.
Uno de los retos que se me plantean cuando hablamos de Ciencia Ciudadana es hasta qué punto se puede incorporar en la investigación tradicional y qué validez real tienen los parámetros que se están utilizando para evaluar y medir el retorno social de las actividades y proyectos I+D+i. Y creo que los obstáculos a la investigación e innovación responsables empiezan en nosotros mismos. Es necesario un cambio de mentalidad y de actitud. Si ponemos foco en aportar valor a los demás a través de nuestra misión (o misiones) todo será más fácil. Lo que sucede es que el sistema no nos ayuda: ¿de qué sirve basar la excelencia en investigación solo en el número de artículos científicos publicados en revistas de alto impacto? Para poder mejorar es necesario medir nuestras acciones y el impacto de la ciencia sobre la sociedad también hay que tenerlo en cuenta.
En definitiva, aún nos queda mucho por hacer hasta que el concepto de investigación e innovación responsables pase a formar parte de la rutina del proceso científico. La Ciencia Ciudadana es una materia emergente y multidisciplinar que ya está formando parte de algunos proyectos y que con el compromiso de los diferentes actores sociales se consolidará con resultados exitosos a medio y largo plazo.
Andreu Prados
Farmacéutico y dietista-nutricionista
Imagen de la portada: Flickr.