Si tu organización no comunica, otros lo harán por ella. Conoce las claves para convertir la comunicación en una ventaja competitiva de las empresas científicas.
El pasado 4 de octubre me estrené en las jornadas Lessons Learned organizadas por CataloniaBio y Biocat en el Parque Científico de Barcelona (PCB). Las jornadas Lessons Learned: compartiendo experiencias para impulsar la competitividad pretenden ser un foro de conocimiento y networking dirigido a los profesionales de empresas del ámbito de las ciencias de la vida, que tiene como objetivo compartir experiencias y reflexiones en diferentes áreas estratégicas de conocimiento y capacidades necesarias para reforzar la competitividad de las empresas biotecnológicas.
Cristina Fontgivell, periodista y Brand, Marketing & Communications Assistant Director de EY Spain, empezó la jornada explicando los criterios que se deben tener en cuenta a la hora de definir el mensaje que se quiere comunicar: objetivo que se persigue (presentación, información nueva, reacción o mantenimiento de la relación) y audiencia (inversores/accionistas, clientes, comunidad científica y medios de comunicación). Por su experiencia como redactora del diario Expansión, enfatizó la importancia de mantener una relación con los medios de comunicación que sea cercana, a largo plazo, honesta y coherente. En definitiva, se trata de un juego limpio (en inglés, fair play) en el que salen ganando ambas partes.
La identidad corporativa o identidad de marca es uno de los ámbitos de la comunicación y equivale a la suma de la identidad empresarial y la identidad gráfica. Guillem Mitjà, Director de operaciones de la empresa de dispositivos médicos Neuroelectrics, explicó la importancia de apostar por el diseño gráfico y de producto para captar más talento, clientes y socios. Tal y como enfatizó Guillem: “O tu producto enamora al cliente o pasas a ser low cost“. La empresa o institución define su identidad corporativa y la comunica y sus públicos perciben la imagen de esa organización. Invertir en el diseño de la identidad corporativa y en la comunicación permitirá que identidad e imagen estén lo más alineadas posible.
Joan Bertran, cofundador y CEO de Cebiotex, nos explicó la comunicación en su empresa desde su experiencia como emprendedor. Resumió las 5 claves para comunicar en: creer en la idea, tener pasión, delegar a un equipo profesional, trabajar mucho y disfrutar comunicando.
Enric Rello, Director Financiero (CFO, del inglés Chief Financial Officer) y Director de Operaciones (COO, del inglés Chief Operating Officer) de Oryzon, nos recordó la máxima en comunicación de “Todo lo que no se conoce, no existe”. Remarcó también la importancia de la estrategia y la planificación a la hora de comunicar lo que hace la empresa con sus grupos de interés (stakeholders). Por ejemplo, en la empresa biotecnológica Oryzon trabajan con un calendario de contenidos (news flow) que les permite planificar con antelación su comunicación y asegurar una regularidad en sus contenidos, que incluyen información financiera, corporativa y científica.
Álex Pérez, Director de Comunicación en Sanofi, explicó que para una empresa farmacéutica la comunicación tiene que ser igual a resultados y apoyo a los retos de negocio. No solo tiene una función técnica, sino que se también se integra en la gestión estratégica de la empresa. También hizo la reflexión que la imagen actual de la industria farmacéutica no es muy buena debido a que se ha centrado durante muchos años en comunicar sus productos y centrarse en patologías y no ha sabido comunicar sus valores. Hay que cambiar el enfoque para centrarse en los pacientes. En este sentido, cada vez es más necesario definir e implementar estrategias de comunicación social y desde Sanofi han apostado por Twitter para acercarse a los pacientes a través del Campus Sanofi. Aunque actualmente es aún una utopía y queda mucho por hacer, la comunicación debería verse como un pilar tan importante como el de márketing porque el márketing vende y la comunicación convence. Tanto la imagen como la reputación de la empresa dependen de la percepción de los públicos y ya no es suficiente en hacer buenos productos de calidad.
Finalmente, Mònica Moro, Responsable de comunicación, ebusiness y RSC de Menarini, nos explicó su experiencia sobre comunicación digital en salud. El laboratorio farmacéutico Menarini ha sido pionero en liderar proyectos de comunicación digital, como el proyecto “Juntos contra el aislamiento digital” y el desarrollo de aplicaciones móviles para pacientes y profesionales de la salud. A la hora de plantearse estar en Internet, destacó que en el sector farmacéutico no todas las redes sociales sirven: hay que escoger aquellas donde esté nuestro público objetivo. Además, no podemos perder de vista que Internet evoluciona rápidamente y mientras que la página web es nuestra casa, a las redes sociales solo estamos de alquiler.
En definitiva, en la comunicación corporativa del sector salud es importante conocer el lenguaje científico y adaptarlo a cada medio y target. Contar con un perfil científico especializado en comunicación beneficia a la reputación de la empresa, ya que se convierte en un aliado clave en la gestión de las relaciones con sus públicos de interés. Tal y como explica Montserrat Tarrés, Dircom del Grupo Novartis España y Presidenta de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom): “Tendemos al modelo de empresa excelente que busca diferenciarse a través de la reputación (…). La gestión de la marca, de la cultura y los valores de empresa, y de la relación con los diferentes grupos de interés, generará la diferenciación y permitirá garantizar la supervivencia de las empresas en el futuro” (Anuario de la Comunicación 2016).
Actualmente tanto las empresas y las organizaciones como la sociedad están más sensibles que nunca a los temas de comunicación científica. Y afortunadamente este sector se está expandiendo y los diferentes actores de la sociedad toman sus responsabilidades. Hace un par de semanas asistí a dos eventos en Barcelona relacionados con la comunicación científica y
La Ciencia Ciudadana es el trabajo conjunto de todos los actores de la sociedad en el progreso científico. En la era del conocimiento en la que nos encontramos este nuevo enfoque de la ciencia permite que tod@s salgamos ganando. Tal como afirma el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU, por sus siglas en inglés International Council for Science), la misión de este modelo de ciencia abierta es fortalecer la ciencia internacional en beneficio de la sociedad.
La Ciencia Ciudadana forma parte del concepto de investigación e innovación responsables y utiliza las redes sociales para que la información y el conocimiento lleguen a todas las personas. Para ello abarca diferentes actores sociales: investigadores, financiadores, docentes, periodistas, políticos, ciudadanos, empresas, entidades sin ánimo de lucro, etc.
Me ha gustado mucho la idea del Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España de crear sesiones de trabajo de Ciencia Ciudadana en Twitter en las que en torno al día 15 de cada mes se debatirán diferentes temáticas (a través del hashtag #CitSciChatES) y se podrá participar a través de lanzar preguntas y respuestas. Sin duda pretende ser un punto de encuentro enriquecedor gracias al debate entre tod@s.
Afortunadamente cada vez nacen más proyectos de Ciencia Ciudadana y desde mi punto de vista acercar ciencia y sociedad nos ofrece muchísimas oportunidades. Por ejemplo, nos puede ayudar a obtener nuevas formas de financiación y mejorar la cultura científica y, no menos importante, nos permite ser realistas y saber qué estamos haciendo mal en la transferencia de conocimiento hacia la sociedad. En mi trayectoria profesional he participado como becario -en ocasiones remunerado y en otras no- en varios proyectos de investigación nacionales y europeos relacionados con la nutrición. En la mayoría de ellos he echado mucho de menos que se invierta parte del tiempo (y del dinero) en hacer llegar los resultados de las investigaciones a los ciudadanos y que se mida el impacto real del proyecto a lo largo del tiempo sobre la salud pública. Defiendo que la ciencia básica es necesaria y opino que muchas veces nos centramos demasiado en los aspectos mecanísticos demasiado concretos y perdemos la visión global de la ciencia. No nos podemos olvidar que la sociedad es un pilar fundamental en la ciencia y que todas las personas implicadas en el proceso de I+D+i somos responsables de devolver los resultados de las investigaciones a la sociedad en conjunto. Opino que la persona es el centro de la investigación y en cada proyecto se debe priorizar el servicio y la repercusión en la mejora de la calidad de vida de la población. En esta línea, desde el pasado mes de enero estoy involucrado en la organización del proyecto de Ciencia Ciudadana “Scientists Dating Forum” (SDF), que está formado por científicos de diferentes áreas del conocimiento que con pasión e ilusión pretendemos contribuir a un mejor diálogo entre ciencia y política, economía y sociedad.
Uno de los retos que se me plantean cuando hablamos de Ciencia Ciudadana es hasta qué punto se puede incorporar en la investigación tradicional y qué validez real tienen los parámetros que se están utilizando para evaluar y medir el retorno social de las actividades y proyectos I+D+i. Y creo que los obstáculos a la investigación e innovación responsables empiezan en nosotros mismos. Es necesario un cambio de mentalidad y de actitud. Si ponemos foco en aportar valor a los demás a través de nuestra misión (o misiones) todo será más fácil. Lo que sucede es que el sistema no nos ayuda: ¿de qué sirve basar la excelencia en investigación solo en el número de artículos científicos publicados en revistas de alto impacto? Para poder mejorar es necesario medir nuestras acciones y el impacto de la ciencia sobre la sociedad también hay que tenerlo en cuenta.
En definitiva, aún nos queda mucho por hacer hasta que el concepto de investigación e innovación responsables pase a formar parte de la rutina del proceso científico. La Ciencia Ciudadana es una materia emergente y multidisciplinar que ya está formando parte de algunos proyectos y que con el compromiso de los diferentes actores sociales se consolidará con resultados exitosos a medio y largo plazo.
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